Los nuevos responsables de “Venga la alegría” son unos irresponsables,
cobardes, poco éticos, de lo peor. Van a meter en serias broncas a TV
Azteca.
¿Sabe lo que hicieron el viernes pasado? Además de sacar su tradicional
desfile de estupideces mal copiadas de Argentina y Televisa, presentaron un
reportaje sobre los actores que “se cree” que son… ¡Homosexuales!
¿Puede haber algo más sucio y políticamente incorrecto en este momento en que
el tema de la diversidad sexual se está utilizando hasta para desviar la
atención de la opinión pública sobre los verdaderos problemas de la nación?
Fue una nota redactada con las patas y hecha con toda la mala leche del mundo
en donde un “periodista” se regocijó insinuando que personalidades como Fernando
Colunga, Eduardo Verástegui, David Zepeda, Jorge D’Alessio y Miguel Bosé podrían
ser “gays”.
¿A quién le importa si Fernando Colunga ama a los hombres o a las mujeres?
¿A
qué viene al caso discutir la vida íntima de una estrella que ya ni siquiera
vive en México como Eduardo Verástegui?
¿A qué clase de enfermo mental le puede preocupar lo que ocurra en la cama de
Miguel Bosé?
Esto es, a todas luces, una invasión a la privacidad de enormes personajes
públicos, una agresión, un chisme, una calumnia.
¿No se dan cuenta los señores de “Venga la alegría” de los problemas en los
que están metiendo a su empresa?
¿Dónde quedó el Código de Ética de TV Azteca? ¿A dónde se fueron los valores
de Grupo Salinas? ¿Y el pacto que se hizo cuando se firmó la Iniciativa
México?
¿Quién puede creer en la honestidad de las producciones de la televisora del
Ajusco después de esto?
¿Quién puede recibir con buenos ojos sus campañas de
responsabilidad social tras esta nota?
Cuando se es ético, se es ético de tiempo completo, no por ratitos.
Qué vergüenza que algo que hubiera sido inimaginable hasta en los tiempos de
la guerra de las televisoras de los años 90 se haya transmitido sin que hubiera
rodado una sola cabeza.
Y es que, casualmente, todas las estrellas mencionadas en esa nota eran de
Televisa.
¿Cuál era la intención? ¿Decir que en el consorcio de Emilio Azcárraga hay
homosexuales? ¿Por qué? ¿Porque en TV Azteca no los hay? ¿De veras no los hay?
¿O fue porque ser homosexual tiene que ser algo malo y despreciable?
¿Entonces TV Azteca está promoviendo el odio y la discriminación? ¿Lo está
haciendo? ¿Por qué? ¿Por iniciativa propia o por órdenes de Juan Sandoval
Íñiguez?
¿Usted cree que fue casualidad que semejante reportaje haya salido al aire
justo después de las palabras del cardenal? ¿O será porque en realidad Azteca 13
está tomando una postura frente al gobierno de Marcelo Ebrard?
Fíjese todo lo que puede surgir por culpa de una persona que no sabe manejar
la información y que lo único que quiere es “rating” fácil.
¿De qué sirven uno o dos puntos de “rating” si se pierde la confianza, si se
pierde el respeto y si se pierde la credibilidad? ¿A quién le sirve una pantalla
barata a nivel marco? ¿A Javier Alatorre? ¿A “Barra de opinión”? ¿A quién?
Vale más una escena de “Las Aparicio”, con todo y el modesto tamaño del
binomio Argos-Cadenatres, que un mes completo del nuevo “Venga la alegría”.
Sí, ya sé lo que va a pasar aquí. En algún momento de la transmisión de hoy
uno o varios conductores van a interrumpir el programa para hablar mal de
mí.
Pero, la verdad, aunque me insulten, me humillen o me inventen, eso no cambia
en nada lo que pasó el viernes 20 de agosto.
Ahí se hizo una violación al Código de Ética de TV Azteca. ¡Se cometió un
delito! ¿Por qué, mejor, no pedir perdón?
¿Qué le cuesta a la gente de “Venga la alegría” reconocer su falta, dar la
cara y pedir perdón a cuadro?
¿Qué es lo peor que le podría pasar a los reporteros de “Venga la alegría” si
le ofrecieran una disculpa a Fernando Colunga, a Eduardo Verástegui, a David
Zapeda, a Jorge D’Alessio y a Miguel Bosé?
¿En qué perjudicaría a estas personas manifestarle su respeto a la comunidad
“gay”?
¿Qué perderían los conductores de esa emisión si por un instante nos dieran
una explicación y se arrepintieran de un acto que, probablemente, ni siquiera
salió de ellos?
Nada, al contrario, ganarían en humildad, en confianza y en proyección, y
entonces sí aquello podría tomar un giro diferente.
Yo no sé quién le dijo a los responsables de “Venga la alegría” que meterse
con la orientación sexual de la gente era algo periodístico o entretenido, o si
eso se hizo por órdenes superiores o porque exista el genuino odio de alguien de
esa producción hacia esas figuras.
Pero estuvo mal y cuando las cosas están mal se tienen que corregir.
Señores de “Venga la alegría”: no pierdan la oportunidad que tienen enfrente
de corregir un error y modificar el rumbo. Así, como van, no van a durar mucho y
van a meter en serios problemas a su empresa. ¿A poco no?
Los responsables de Venga la alegría | son unos
irresponsables